miércoles, junio 20, 2007

Confesiones 2

A veces me haces sentir como en un concierto, tratando de acaparar tu atención entre cientos de fanáticos, como un naúfrago en el océano aferrado a la balsa, mientras pasas en tu yate sin voltear, como perrito de aparador, haciendo gracias para que me adoptes.

A veces no te comprendo, ni te entiendo. ¿Es acaso por que somos diferentes? Eres de otro género, pero no de otro planeta, no sé si tu me entiendes, no parece preocuparte.

A veces te creo cuando dices que me quieres, y otras veces lo dudo. Pudiéramos ser hermano y hermana, y pasar la vida juntos, sin más roce que un escueto beso en la mejilla. Y a mi se me antoja besarte apasionadamente a diario.

Te veo siempre tan tranquilo, ocupado en tus mil actividades, encerrado en tus asuntos, sin preocuparte más que en eso. ¿Y donde estoy yo? Siento que te olvidas de mí, que no tengo lugar permanente y que podrías pasar mucho mucho tiempo sin mí, como un amigo al que hace mucho no veías y te topas con él un día cualquiera en la calle, y entonces recuerdas lo bien que la pasaban juntos.

Despertaste cosas en mí que ya no hallo como calmarlas… Y no estás aquí y me siento como león enjaulado… ¿Qué hago? Corro, vuelo, salto… te salgo a buscar? Me desespero, no encuentro lugar ni medio para estar contigo… Y entonces me dan ataques de melancolía y necesito por lo menos escucharte… y no contestas… Y es egoísta de mi parte pensar que siempre estarás ahí, y no estás. Y que sólo estarás para mí…Y no estás…

Tengo tantas cosas por contarte, como lo bien que se escucha el viento entre los sauces, el colibrí que visita mi ventana todos los días y lo dulce que saben los mangos del árbol de mi casa. El olor a guayaba que me despierta en agosto, y lo suaves que son las sábanas de mi cama.

Decirte como me gusta bañarme antes de dormir y sentir la piel suavecita y limpia entre las sábanas, que a veces no uso ropa interior, si la ropa no me delata. Tengo vicio por comprar aretes y nunca sé donde dejo la bolsa. Que me gusta ver llover y me provoca reflexionar. Y las últimas dos temporadas de lluvia salgo y me baño en mi patio…

Decirte que desde la última vez que te vi, todas las noches, antes de dormir, recuento tus caricias y el hormigueo que hiciste sentir en mi cuerpo. Que se han incrementado mis sueños contigo y cada vez es más desesperante no besarte.

Me desespera ésta distancia que me separa de ti y no me deja poseerte…

Decirte mío.

Extrañándote

Si bien no sé que extraño...no es algo exacto como una manera o una actitud.Lo que sí sé es que...
Extraño que me hagas reír...
extraño el sentir que me escuchas
extraño tus letras y tus simbolitos..
Extraño que me digas cositas bonitas
extraño charlar contigo por que así te siento cerca
extraño no sentirte cerca.
te extraño tanto que no me gusta extrañarte
pero te extraño...

lunes, junio 18, 2007

Recordándote

Sabes? Hoy desperté y te sentí conmigo… Acaricié mi cintura deseando que fuera tu mano y no la mía quien la recorría. Te extrañan mis brazos, te extraña mi mano, te extraña mi boca.

A veces te extraño tanto imagino que abriré la puerta y aparecerás frente a mi casa, con una sonrisa de oreja a oreja por la alegría de verme. A veces te extraño tanto que deseara que llamaras en esos momentos en que estoy pensando en ti y yo no me atrevo. A veces quisiera que no colgaras cuando te llamo, por que tengo un ataque de melancolía y te extraño a morir.

A veces cierro los ojos y recuerdo la sensación de sentir tu mejilla con mi mejilla una y otra vez, acariciándonos. Después de eso el calor de tu aliendo en mi oreja murmurándome cosas que a veces no entiendo. También extraño eso.

A veces te extraño tanto que visualizo que estás junto a mí, pegado en mi espalda, y que estás aquí, pero te extraño por que no te veo. A veces te extraño tanto que me enojo por que el destino no me destina a tu lado.

A veces te extraño tanto que me siento chiquita, diminuta… Como babosa desintegrándose en un puñado de sal.

sábado, junio 09, 2007

Confesiones

A veces me haces sentir como en un concierto, tratando de acaparar tu atención entre cientos de fanáticos, como un naúfrago en el océano aferrado a la balsa, mientras pasas en tu yate, como perrito de aparador, haciendo gracias para que me adoptes.

A veces no te comprendo, ni te entiendo. ¿Es acaso por que somos diferentes? Eres de otro género, pero no de otro planeta, no sé si tu me entiendes, no parece preocuparte.

A veces te creo cuando dices que me quieres, y otras veces lo dudo. Pudiéramos ser hermano y hermana, y pasar la vida juntos, sin más roce que un escueto beso en la mejilla. Y a mi se me antoja besarte diariamente.

Te veo siempre tan tranquilo, ocupado en tus mil actividades, encerrado en tus asuntos, sin preocuparte más que en eso. ¿Y donde estoy yo? Siento que te olvidas de mí, que no tengo lugar permanente y que podría pasar mucho mucho tiempo, como un amigo al que hace mucho no veías y te topas con él en la calle, y entonces recuerdas lo bien que la pasaban juntos.

Tengo tantas cosas por contarte, como lo bien que se escucha el viento entre los sauces, lo dulce que saben los mangos del árbol de mi casa, el olor a guayaba que me despierta en agosto, y lo suaves que son las sábanas de mi cama.

Decirte como me gusta bañarme antes de dormir y sentir la piel suavecita y limpia entre las sábanas, que a veces no uso ropa interior, si la ropa no me delata. Tengo vicio por comprar aretes y nunca sé donde dejo la bolsa.
Decirte que desde la última vez que te vi, todas las noches, antes de dormir, recuento tus caricias y el hormigueo que hiciste sentir en mi cuerpo. Que se han incrementado mis sueños contigo y cada vez es más desesperante no besarte.

Me desespera ésta distancia que me separa de ti y no me deja poseerte…

Decirte mío.