Fecha: oct 24, 2012 6:22 PM
Asunto: Corazoni
Corazoni donde estas ya estoy en el hotel la habitación 372 pero estaré en el lobby esperandote ok Besito
Corazoni donde estas ya estoy en el hotel la habitación 372 pero estaré en el lobby esperandote ok Besito
Hoy escuché esta canción nuevamente y una tristeza se apoderó de mi corazón. Dicen que cuando estás feliz escuchas la música, y cuando estás triste la entiendes. Hoy la entendí, y no precisamente por triste, sino que hoy me llegó. Me identifiqué con la letra y con la voz que la interpretaba…
Ya me canso de llorar y no amanece, ya no sé si maldecirte o por ti rezar…
Tengo miedo de buscarte y de encontrarte donde me aseguran mis amigos que te vas.
“Paloma negra” ha acompañado muchas etapas de mi vida, recuerdo a mi abuela materna tararearla en la cocina y alguna vez me preguntó: Te la sabes? No me la aprendí hasta mucho tiempo después. La redescubrí en una de ésas “pedas “ con mis amigos de prepa, al final, después de todos los ritmos, las rolitas de ese tipo cerraban la amanecida, no hay quién no ponga a Chente o a Jose Alfredo. Y si no lo ponen no son normales!. Y la canción es así, te lleva poco a poco al descubrimiento de esa melancolía guardada….
Hay momentos en que quisiera mejor rajarme
y arrancarme ya los clavos de mi penar,
pero mis ojos se mueren sin mirar tus ojos
y mi cariño con la aurora te vuelve a buscar.
Pero que sabroso es cartarla con harto sentimiento y sentir como se desgarra la voz, con el sentir a flor de piel, con el dolor en el cuerpo y con la voz quebrada….. Dolor en el alma y hasta que una lágrima se asome en los ojos….
Ya agarraste por tu cuenta la parranda,
paloma negra, paloma negra ¿dónde andarás?
ya no juegues con mi honra, parrandera,
si tus caricias deben ser mías, de nadie más.
( y se pone mejor acompañado de alcohol…. No se puede negar! )
Y aunque te amo con locura: ya no vuelvas,
paloma negra, eres la reja de un penal.
Quiero ser libre, vivir mi vida con quien yo quiera,
Dios dame fuerzas que estoy muriendo por irla a buscar.
Ya agarraste por tu cuenta las parrandas….
Salud!
Extracto de Proverbios y cantares (XXIX)
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
Antonio Machado
¡No me admiró tu olvido! Aunque de un día,
me admiró tu cariño mucho más;
porque lo que hay en mí que vale algo,
eso... ni lo pudiste sospechar.
En 1966, en Londres, John Lennon visitó la exposición de una artista avant-garde que venía de Estados Unidos, Yoko Ono. Lo que más atrajo a John de la galería fue una escalera que llevaba a un canalejo y al mirar por él, lo que decía era la palabra "Yes". El ver ese letrero inspiró a John Lennon a seguir caminando por la galería, donde encontró a Yoko.
Frente a un letrero en la pared que decía "Clava un clavo", él le preguntó si podía clavar uno. Yoko se negó, pues su exhibición no abría hasta el día siguiente. Sin embargo, le aconsejaron aceptar pues el Beatle era millonario y podría comprar su obra. Le dijo "Puedes hacerlo si me das cinco monedas", a lo que John contestó "Te doy cinco monedas imaginarias si me dejas clavar un clavo imaginario". La pareja aseguró que fue entonces cuando ocurrió el flechazo.
Con que así se siente, no?
Esa lucha interna por obtener algo y no lograrlo…
¿De eso se trata esta lección?
¿Tomo el ahora y olvido el después?
Ahh que dulce es tu boca….
-¿Ella es tu novia? – No, ella es mi vida. – Ah, pues te felicito porque tienes una vida muy fácil.
=)
Hoy por la mañana, rumbo al trabajo en bus ( tarde por cierto), de repente en el playlist de mi chofer, aparece esta canción: “ Una lágrima por tu amor” con onda grupera. Desde niña he participado en la escuela, siempre declamando, en la escolta, dirigiendo el homenaje, incluso, dirigí una obra de teatro. Mi memoria se fue a la secundaria cuando, después de un homenaje la hora del himno, lo canté cerca del micrófono. La maestra de canto, se acercó a mí y me preguntó si me gustaría estar en el coro, próximamente tenían el evento del día de las madres y necesitaba formar el coro para participar en el festival. Le dije que sí y ese mismo día me dio la letra y un cassette, para que escuchara la canción, aunque ella tocaría la guitarra durante el festival y los ensayos. Me aprendí esa canción y otra que decía “ Vámonos de viaje, prepara el equipaje, no hay tiempo ya…” Creo que se llamaba “Del otro lado del sol”.
Recuerdo haber asistido a los ensayos, pero no recuerdo haber cantado la canción en el festival. Me reí, porque me la sabía completa aún. Y no recuerdo haberla escuchado desde aquellas veces en la casetera de mi padre. Presentación frustrada. No recuerdo ni por qué.
La memoria me llevó a otra de mis presentaciones frustradas. La iglesia a la que asistía a catecismo iba a cambiar de padre. Para dar la despedida organizó un festival, con las catecistas, principalmente. Me aprendí “ Cultivo una rosa blanca” de José Martí. A la hora del evento mi mamá desesperada me presionaba para irnos, como si yo a mis 9 años tuviera la culpa. El evento no empezaba y decidí decirle que ya nos podíamos ir.
El siguiente sábado, la catecista me pregunto qué había pasado. Y le dije. El evento empezó tarde y no podía quedarme más.
Años más temprano, sin saber leer. Me eligieron para declamar la despedida del kínder. Traté de recordarla y me olvidé algo en el principio, esa fue de mis primeras participaciones fuera de los bailables y cantos.
Adiós jardín querido,
me vengo a despedir,
de los cantos y los juegos y conocimientos mil.
Nos toca hoy alejarnos,
debemos de partir hacia otros horizontes,
se ensancha el porvenir.
Me llevo para siempre el recuerdo feliz,
De la dulce convivencia de mis maestros y amigos
En éste mi querido jardín.
(Le preguntaré a mi padre, él fue el que me ayudó a aprendérmela. Parece tan cortita ahora…)
Esta fue mi primer participación exitosa. Ese día toqué mi primer instrumento musical: el triángulo. Ensayamos a escondidas, pues era una sorpresa para nuestros padres. Cuando salimos al escenario y tocamos nuestra pieza, que no recuerdo cuál era…. Mi papá me miraba con ojos sorprendido. Me pregunto que por que no le había dicho… Era sorpresa –le dije- Y para que fuera sorpresa ustedes no debían de saber nada y así sorprenderse. Sonrió. Ese festival salió orgulloso de mí. Muchos de sus compañeros de trabajo tenían hijos en el mismo kínder, era exclusivo para trabajadores al servicio de la universidad… Se sorprendieron de mí. Y mi papá como pavorreal.
Espero que hoy siga estando orgulloso de mí, como ese día.
Te conocí hace algunos años, desde el inicio tuvimos una buena conversación. Tu hermana es de mis mejores amigas, así que siempre te vi como su hermanito menor, tenías la edad de una de mis hermanas, siempre quise presentártela, pero nunca se dio la oportunidad. Recuerdo haberte visto de uniforme colegial aún, con el rostro de niño que tienes en la prepa aunque sientas que te puedes comer el mundo. Cuando visitaba tu casa siempre te acercabas a platicar conmigo, o en las reuniones a las que siempre me invitaban, así estuviera cuidando niños, buscabas la manera de acercarte y tener conversación. Hablábamos de todo, desde la situación del mundo, hasta la naturaleza humana, y en los últimos años, después de hablar de tus sobrinos ( yo aún no tenía) teníamos largas conversaciones de cine.
Eras un buen muchacho. Siempre con tu familia, respetuoso con tu mamá, convivías mucho con tus hermanas, alegre, servicial. Siendo el único varón, entendías a las mujeres, creo que sólo por el hecho de vivir rodeado de ellas. Eras “ El toro” para la familia “ Torín” para sus hermanas, y como yo me siento de la familia, también te llamaba así. Una vez que nos encontramos en la calle, te presenté como Leonardo y me sentí diferente, como si presentara a un desconocido. Hoy tu recuerdo es así, tu rostro sonriente, tranquilo. Sin esa pesadez que tienen algunos rostros, y ahora que intento analizarlo, es el rostro de alguien que no tiene remordimientos, de ésos muy pocos que tienen la conciencia tranquila. Así también eran tus ojos: amables, francos…
¡Cómo me dolió tu partida! Siendo tan joven, con tanto por delante… 24 años. Tanta gente mala en el mundo y tener que despedirte... Tu mamá aún llora como el primer día, no te quiere dejar ir. El sábado pasado que vi a tu papá, hablábamos de sus nietos, tus sobrinos y me dijo, siempre van a faltar los de uno (haciendo referencia, entendí yo que a los tuyos), lo vi a los ojos y me veía con los ojos vidriosos, sólo atiné a tomarle la mano, y de inmediato cambió su semblante y sonrió, con esa misma sonrisa amable que tú tenías… Estás presente en tu familia, con tus amigos. Eras bien querido. ¡Y como no quererte!
Hace un año de tu partida, y aún no olvido nuestra conversación ese mismo día. Te sentías mal y yo te daba ánimos por qué no sonreías como usualmente, después de bromear como siempre lo hacíamos, al final te di un abrazo como lo doy a quién aprecio y sonreíste. Ibas a ese hospital, del que ya no regresaste.
Un soñador de pelo largo, con cara de niño y enorme corazón. Así te recordaré Leo, no hay otro lugar en el que puedas estar más que en el mismo cielo… Espero al final, volver a encontrarte ahí.
Recuerdo la primera vez que escuché esa frase, estaba en la primaria y desconocía la historia de lo que se vivió, tiempo después vi una placa en el edificio de rectoría, en memoria de dos estudiantes. “ Fue por lo del ´68” – Alguien me dijo. Recuerdo que mi papá me dio una leve semblanza, lo suficiente que para mis 8 años pudiera comprender. Después ya adolescente, me apasionaba con las historias que contaban mis maestros, era una situación no entendida por muchos. La población en general rechazaba la lucha de unos cuantos por la tan deseada libertad. Gobiernos de sangre que hoy quieren regresar.
Mi abuela me decía que mi papá estaba muy chico cuando eso ocurrió, calculo ahora, apenas unos 14 años. A ella siempre le avisaban, alguna vecina, algún familiar: “ Tena, allá andaba el Ramón con los protestantes”… Y el corazón se le hacía bolita. Lo esperaba todo el día en la puerta, esperando ver su silueta por la calle, llegando a casa. Si, también lo vivió. Rezando por que llegará a casa sano y salvo. Después de que murieron dos estudiantes y desaparecieran 200 en la capital provinciana, le hizo prometer que ya no asistiría a esas protestas. Algunos regresaron años después, otros, ya no supieron más nunca de ellos.
Mi ex jefe era un bebé de tres años. Vivían en un depa de los de Tlatelolco, cercano a la plaza de las tres culturas. Vivió la desesperación de sus abuelos a la espera de su tío, y de su padre que había salido a trabajar y pasaba por ahí.
Cuando conocí el lugar, se me puso la piel chinita, siempre recuerdo a Aldo Rossi, con su locus y situs. Es un sitio con mucha energía, me dio tristeza. Había en la plaza, dibujadas siluetas de personas en el suelo, en memoria de los caídos.
2 de octubre, no se olvida! Y a quiénes no nos tocó vivirlo, nos toca conservar la historia en la memoria colectiva.