lunes, abril 14, 2008

Los días así.

El día empieza, me levanto todavía con sueño y ganas de seguir durmiendo, un zumbido me despierta, es el colibrí en la ventana. Sonrío. El también me levanta. Me dirijo al baño a la rutina diaria, Lavarme la cara, los dientes, mojarme un poco el pelo. Regreso a mi cuarto y empiezo a desvestirme/vestirme, me quito la pijama, me pongo el uniforme carcelero de la empresa, nos etiquetan como reses (pienso mientras me maquillo) el amor de mi vida no estará en esas cuatro paredes.
Salgo de la casa esperando no esperar mucho al colectivo que pasa por la esquina. En mis pensamientos : Que se pare alguien y me dé un raite. Se para un coche. y no lo volteo a ver. Subo al autobús, más lleno que de costumbre, el chofer más renegón que el de costumbre.
Sigo sin ganas de ir a trabajar, preferiría regresar corriendo a casa y dormir y dormir y dormir hasta que se me inche el ombligo y me duela el cuerpo. Pero regreso a la rutina y ya estoy llegando al trabajo. Un coche que viene al lado, con un chavo flakito como el Angel manejando un corsa. Pienso en mi flaco. ¿Que será de su vida? Me extrañará? Tal vez nunca pensó que yo decía la verdad, nunca me creyó que lo quería. Tal vez tenía miedo, tal vez no sentia lo mismo. O Tal vez no supo que hacer. Me gustaría escribirle... pero... ¿ que le diré? Te extraño, todavía te quiero... ¿ Piensas en mí? No te gustaría verme?.... Dios! la cancíon... (como te va mi amor, de Pandora a ritmo duranguense, parece una broma extraña de la vida) Le escribiré... No, no, mejor no le escribo. Aunque sí me gustaría saber....

¿En que momento te perdí?