domingo, agosto 31, 2014
Amores suicidas
jueves, agosto 28, 2014
...
Antes, leía por lo menos, un libro mensualmente. No recuerdo cuando fue la última vez que leí a ese ritmo. Los últimos tres años, después de la intensa jornada laboral de 8 a 2 y de 4 a 6 el día se te va completo, cada vez siento que dispongo de menos tiempo libre.
El año pasado leí 5 libros completos: Las Obras completas de Oscar Wilde, Obras completas de Edgar Allan Poe, La insoportable levedad del Ser, biografía de Diego Rivera, Aura de Carlos Fuentes. Dejé dos empezados.. Delirio de Laura Restrepo y La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa que no me termina de atrapar…
Hoy me doy cuenta que cada vez tengo menos tiempo libre para hacer las cosas que me gustan: pasear por la playa, caminar en el botánico, pintar, leer, escuchar música. Tenía años sin poner una película o escuchar alguna canción en mi recámara.
La vida “ normal” nos orilla a dejar a un lado todo eso, dejándonos cada vez menos tiempo, pues el tiempo libre escasea y lo usas para lo que necesitas hacer: comprar despensa, víveres, lavar ropa, limpiar, arreglar documentos, cuentas, pagos, etc.
Le asignaré un tiempo, lugar y día para esas actividades que me gustan y que he dejado por un lado…
martes, agosto 26, 2014
...
«Ella sufre
en alguna parte. Siempre ha sufrido. Es muy alegre, adora el amarillo, su
pájaro es el mirlo, su hora la noche, su puente el Pont des Arts.»
Julio Córtazar –Rayuela
El Futuro
Y sé muy bien que no estarás.
No estarás en la calle
en el murmullo que brota de la noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia los completos en los subtes
ni en los libros prestados,
ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños,
en el destino original de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás,
o en el color de un par de guantes
o una blusa.
Me enojaré
amor mío
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás
y diré las cosas que sé decir
y comeré las cosas que sé comer
y soñaré los sueños que se sueñan.
Y sé muy bien que no estarás
ni aquí dentro de la cárcel donde te retengo,
ni allí afuera
en ese río de calles y de puentes.
No estarás para nada,
no serás mi recuerdo
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente trata de acordarse de ti.
Julio Cortázar
Cortázar
¿Hasta cuándo vamos a seguir creyendo que la felicidad no es más que uno de los juegos de la ilusión?
Siempre fuiste mi espejo, quiero decir que para verme tenía que mirarte.
No me creas demasiado optimista; conozco a mi país, y a muchos otros que lo rodean. Pero hay signos, hay signos.
Ven a dormir conmigo: no haremos el amor, él nos hará.
Los libros van siendo el único lugar de la casa donde todavía se puede estar tranquilo.
Si la personalidad humana no adquiere toda su fuerza, toda su potencia, entre las cuales lo lúdico y lo erótico son pulsiones fundamentales, ninguna revolución va a cumplir su camino.
Siempre fuiste mi espejo, quiero decir que para verme tenía que mirarte.
La verdad siempre resplandece al final, cuando ya se ha ido todo el mundo.
domingo, agosto 24, 2014
jueves, agosto 21, 2014
miércoles, agosto 20, 2014
Un adios
martes, agosto 19, 2014
Reír llorando
Juan de Dios Peza
Viendo a Garrik, actor de la Inglaterra
el pueblo al aplaudirle le decía:
«Eres el más gracioso de la tierra
y el más feliz...»
Y el cómico reía.
Víctimas del mal humor, los altos lores,
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores
y convertían su mal humor en carcajadas.
Una vez, ante un médico famoso,
llegóse un hombre de mirar sombrío:
«Sufro -le dijo-, un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.
»Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte
en una eterna depresión, muriendo vivo,
y es mi única ilusión, la de la muerte».
Viajad y os distraeréis.
¡Tanto he viajado!
Las lecturas buscad.
¡Tanto he leído!
Que os ame una mujer.
¡Si soy amado!
¡Un título adquirid!
¡Noble he nacido!
¿Pobre seréis quizá?
Tengo riquezas
¿De lisonjas gustáis?
¡Tantas escucho!
¿Que tenéis de familia?
Mis tristezas
¿Vais a los cementerios?
Mucho... mucho...
¿De vuestra vida actual, tenéis testigos?
Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos mis verdugos.
Me deja agrega el médico perplejo
vuestro mal y no debo acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo:
sólo viendo a Garrik, podréis curaros.
¿A Garrik?
Sí, a Garrik... La más remisa
y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquél que lo ve, muere de risa:
tiene una gracia artística asombrosa.
¿Y a mí, me hará reír?
¡Ah!, sí, os lo juro,
él sí y nadie más que él; mas... ¿qué os inquieta?
Así dijo el enfermo no me curo;
¡Yo soy Garrik!... Doctor, cambiadme la receta.
¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!
¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora,
el alma gime cuando el rostro ríe!
Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestra planta pisa,
lanza a la faz la tempestad del alma,
un relámpago triste: la sonrisa.
El carnaval del mundo engaña tanto,
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas.
Hace unos días, con la muerte del actor Robin Williams, me acordé de este poema, que mi padre nos recitaba a mi hermana y a mí de niñas… Lo encontré hoy, y hay tanto de cierto ahí….
Es raro el amor
jueves, agosto 14, 2014
Si supieras...
martes, agosto 12, 2014
Tu tendrás estrellas como nadie tiene.
—La gente tiene estrellas que no son las mismas.
Para unos, que viajan, las estrellas son guías. Para otros no son más que lucecitas. Para otros, que son sabios, son problemas. Para mi hombre de negocios eran oro. Pero todas esas estrellas se callan. Tu tendrás estrellas como nadie tiene…
—Cuando mires al cielo, por la noche, puesto que yo viviré en una de ellas, puesto que yo reiré en una de ellas, entonces será para ti como si rieran todas las estrellas. Tú tendrás estrellas que saben reír.
El principito- Antoine L’ Saint Exúpery
miércoles, agosto 06, 2014
Hombre preso que mira a su hijo
Benedetti
Cuando era como vos me enseñaron los viejos
y también las maestras bondadosas y miopes
que libertad o muerte era una redundancia
a quien se le ocurría en un país
donde los presidentes andaban sin capangas.
Que la patria o la tumba era otro pleonasmo
ya que la patria funcionaba bien
en las canchas y en los pastoreos.
Realmente no sabían un corno
pobrecitos creían que libertad
era tan solo una palabra aguda
que muerte era tan solo grave o llana
y cárceles por suerte una palabra esdrújula.
Olvidaban poner el acento en el hombre.
La culpa no era exactamente de ellos
sino de otros más duros y siniestros
y estos sí
cómo nos ensartaron
en la limpia república verbal
cómo idealizaron
la vidurria de vacas y estancieros
y cómo nos vendieron un ejército
que tomaba su mate en los cuarteles.
Uno no siempre hace lo que quiere
uno no siempre puede
por eso estoy aquí
mirándote y echándote
de menos.
Por eso es que no puedo despeinarte el jopo
ni ayudarte con la tabla del nueve
ni acribillarte a pelotazos.
Vos ya sabés que tuve que elegir otros juegos
y que los jugué en serio.
Y jugué por ejemplo a los ladrones
y los ladrones eran policías.
Y jugué por ejemplo a la escondida
y si te descubrían te mataban
y jugué a la mancha
y era de sangre.
Botija aunque tengas pocos años
creo que hay que decirte la verdad
para que no la olvides.
Por eso no te oculto que me dieron picana
que casi me revientan los riñones
todas estas llagas, hinchazones y heridas
que tus ojos redondos
miran hipnotizados
son durísimos golpes
son botas en la cara
demasiado dolor para que te lo oculte
demasiado suplicio para que se me borre.
Pero también es bueno que conozcas
que tu viejo calló
o puteó como un loco
que es una linda forma de callar.
Que tu viejo olvidó todos los números
(por eso no podría ayudarte en las tablas)
y por lo tanto todos los teléfonos.
Y las calles y el color de los ojos
y los cabellos y las cicatrices
y en qué esquina
en qué bar
qué parada
qué casa.
Y acordarse de vos
de tu carita
lo ayudaba a callar.
Una cosa es morirse de dolor
y otra cosa es morirse de vergüenza.
Por eso ahora
me podés preguntar
y sobre todo
puedo yo responder.
Uno no siempre hace lo que quiere
pero tiene el derecho de no hacer
lo que no quiere.
Llora nomás botija
son macanas
que los hombres no lloran
aquí lloramos todos.
Gritamos, berreamos, moqueamos, chillamos, maldecimos
porque es mejor llorar que traicionar
porque es mejor llorar que traicionarse.
Llorá
pero no olvides.
Sufro! L