martes, agosto 26, 2014

Cortázar

¿Hasta cuándo vamos a seguir creyendo que la felicidad no es más que uno de los juegos de la ilusión?

 

Siempre fuiste mi espejo, quiero decir que para verme tenía que mirarte.

 

No me creas demasiado optimista; conozco a mi país, y a muchos otros que lo rodean. Pero hay signos, hay signos.

 

Ven a dormir conmigo: no haremos el amor, él nos hará.

 

Los libros van siendo el único lugar de la casa donde todavía se puede estar tranquilo.

 

Si la personalidad humana no adquiere toda su fuerza, toda su potencia, entre las cuales lo lúdico y lo erótico son pulsiones fundamentales, ninguna revolución va a cumplir su camino.

 

Siempre fuiste mi espejo, quiero decir que para verme tenía que mirarte.

 

La verdad siempre resplandece al final, cuando ya se ha ido todo el mundo.

 

No hay comentarios.: