¿Cómo sentir tanto con tan poco tiempo? ¿Así de fácil conectar con alguien y sentir que lo conoces de siglos? Estoy impresionada. Me sentí tan bien contigo. Nos reímos mucho.
Te falta mucho? – Pregunté. Hacía frío, te demoraste 30 minutos en llegar por mí. En esa metrópoli, no es nada. El tráfico y la distancia no permiten ser muy puntuales. Me marcaste y dijiste: Aquí estoy, pero no te veo.
¿Dónde estás? – pregunté- Frente a una gasolinera. No sé que gasolinera es, no veo ninguna, está el Café Jarocho…. Ahh estoy frente del café en una camioneta blanca. Ya te vi, voy...(colgué). Caminé hasta tu coche y me aseguré que fueras tú. Subí.
A=¿Cómo estás?
K= Moría de frío!!! (Te reíste)
A= yo ni cuenta me dí que estaba lloviendo.
K=Graciassss y yo aquí sufriendo.
A= Huuuuy se me olvidaba que las culichis son tan sangronas.
K= Sangrona? Te esperé. Estuve a punto de pedir un Uber pero se descargó mi teléfono. Ahora no tengo como hacerlo.
A= jajajajjajajajjaa. Ahora no puedes librarte de mí. ¿Que hacer,quieres ir a cenar?¿ Tienes hambre?
K= Muero de hambre.
A= Muy bien, buscaremos que comer.
Dimos varias vueltas, hasta que perdí la orientación, no supe a donde me llevaste pero seguíamos en Coyoacán. Está cerrado, iremos a otro lado.
A=¿ Que se te antoja cenar?
K= (Yo pensando que se me antojaba) Pizza y ensalada.
A= Mmm… aquí no hay nada rico así.
K= Ok, que opciones tenemos…
A= Comida mexicana, en abundancia….
K= Comida mexicana está bien.
Aquí van cerrando, este de seguro está abierto. Me preguntaste si salía con alguien, si me gustaba alguien del trabajo, mi última relación y por qué terminó.
A= Cada cuanto vienes a México?
K= dos o tres veces al año.
A= Tres veces al año!! Porque nunca me avisas?
K= No lo sé. Tu también has ido a Culichi en todo este tiempo
A= Si, la última vez hace.. .Mmm… 4 años.
K= Ves? No sólo soy yo.
Platicábamos mientras buscábamos. Y qué onda? Que tal tus conferencias? –Huy, padrísimas! El sábado fui a dos expos y el domingo había rutas, por ejemplo una de Mathias Goeritz… ¿Sabes quién es? . Claroooooo!!! El que diseñó las torres de Satélite. Y había otra de Félix Candela. Los llevaron al manantial? Ajá… Jaja, me encanta que sepas! Eres casi un arqui. ( Chocamos las manos).
A= Ya vente a vivir al DF.
K= No.
A=¿Por qué no?
K= Odio este tráfico.
A= Te entiendo.
Llegamos a una casona frente a una gran plaza cubierta de piedra. Nos recibieron amables y gustosos y vi que había un par de mesas ocupadas.
A= Hay servicio en la terraza?
Mesero: Claro que sí, señor, pase. Yo solo pensé que eras cliente frecuente. Había dos mesas ocupadas en el lugar, supongo querías privacidad.
Subiremos – dijiste. Subí por donde vi escaleras y llegamos a un tapanco de madera, más arriba, dijiste. Subí por unas escaleras de herrería y madera estilo rústico, llegamos a un piso de tabique con vista a la plaza.
Cené unas quesadillas sin queso. Tu pediste tacos de cochinita y un queso fundido.
Platicamos, nos reímos mucho. Te conté algunas de mis anécdotas graciosas. El limosnero que me empujaba, el loco que me apedreó, el que me mordió el brazo. Carcajeaste. Hablamos de Gala, de mis padres. Del evento al que fui.
A= Voy a ir a Culiacán y te buscaré.
K= No, no estaré disponible.
A= Por que????
K= Porque ya has ido otras veces y no me has buscado.
A= Ok, me conseguiré a otra culichi para llevarla a cenar sushi.
K= Búsquela! Al cabos que hay muchas…. (reímos)
A= Quiero ir a Altata, dijiste. Nunca he ido a Altata. Como empezamos a contactarnos?, no lo recuerdo.
K= yo si me acuerdo, pero no te lo diré.
A= hace cuánto? Calculo unos 12 años.
K= Algo así.
A=¿Por qué nunca me avisaste que venías?
K=¿Por qué tu nunca me avisaste que ibas?
Y luego todo pasó de repente.
Salimos a la calle, yo tenía frío. Me gusta esa plaza, pensé. Nunca la había visto.
Caminé hacia el coche y voltee para ver que tan atrás venías. Ven, dijiste. Quiero darte un abrazo. Me acerqué. Dejé que me abrazaras y algo mágico sucedió. Tu olor, tu calor.
A= A alguien también le gusta que lo abracen.
Sonreí. Ahí me di cuenta que mis brazos seguían a mis costados. Te abracé por la cintura. - Ahhh que rico abrazo-.
No sentí el tiempo que pasamos así.
-Después de 12 años, ¿no merezco ni un beso? Me decías mientras nos veíamos de frente. No me acerqué, en respuesta me acomodé otra vez entre tus brazos.
-Eres mala – dijiste. Porque? Pregunté. No te acercaste!! Sólo te dije: tú tampoco te acercaste… Me separaste con gentileza y me besaste. Nos besamos, larga y tiernamente. Después con pasión.
A= Creo que mejor subimos al carro. Y yo asentí.
Dentro de tu coche seguimos besándonos.
When I look into your eyes I can see a love restrained, but darling when I hold you, Don’t you know I feel the same…
Tu olor, tu piel, tus labios, el calor de tu cuerpo. Tenemos problemas- dijiste-. Creo que armonizamos demasiado bien. No creo – dije yo- después de besarnos por media hora. El sarcasmo era evidente.
No dejabas de tocarme: tu mano en mi pierna, la mano. Un besito en la mejilla. Tomabas mi mano, un beso en la mano. Y yo respondía con caricias en tu rostro, tu cabello.
A= ¿Por qué no te invité a salir el sábado?
K= Por wey.
Escribo esto para no olvidar:. Tu sonrisa, tu pelo, tus gafas, el huequito que se hace en tus mejillas cuando sonreías. Tu carcajada.
Olvidé darte las gracias por la cena…
Y los besos…
Y la esperanza.
