Algo así dice el dicho (muy bien dicho ese dicho) el que espera, desespera… Apenas 2 semanas que no sé de ti y a mí me parece que han pasado meses. Te extraño, tal vez demasiado.
Me levanto, me visto y vuelvo a la rutina, es mejor ocuparme que dejar tiempo para pensar, me digo. Pensar… En ti, en mí, en el futuro compartido que no ha de llegar.
No sé que fue. Tal vez miedo, tal vez pudo más la incertidumbre, tal vez a final de cuentas no era tanto tu amor, o el mío. Y como yo tampoco ofrecí ninguna certeza, ni aseguré algo que ni tu ni yo pudiéramos asegurar: Un final feliz. Una promesa de amor que no pensamos cumplir. Era solo eso para mí y tal vez también para tí. Un fin de semana para dos.
Siempre te dije que aunque lo nuestro no funcionara, siempre podíamos ser amigos. Hoy no sé. He luchado tanto tiempo por esto que siento y que me resisto a permitir que fluya. Terminas echándolo a perder. Pero esta vez sí tendrá punto final. Dice Sabina que lo peor del amor es cuando pasa, cuando al punto final de los finales, no le quedan puntos suspensivos.
Tal vez nunca te creí, tal vez nunca te amé de verdad. Pero entonces, ¿Por qué siento algo en el pecho cuando pienso en ti?. Será esa sensación de querer vivir un sueño, una fantasía, una ilusión, que nunca ha de llegar.
He descubierto que te amo. Pero no puedo vivir esperando algo que no ha de llegar.
Chau, again.
Por favor considera tu responsabilidad ambiental antes de imprimir este doc umento.
Please consider your environmental responsibility before printin g this document.
