miércoles, enero 08, 2014

La noche trae recuerdos

La noche está serena, me recuerdan tus ojos, siempre dulces, apasibles y penetrantes.

No sé dónde estás.  Aún me visitas en sueños.  Platicamos regularmente cuando necesito consejo. De cuándo en cuándo.  Con esa mirada a medias. 

Cumpliste tu promesa, no?. Juraste que siempre estarías ahí para mí.  Es reconfortante que la hayas cumplido. Muchas veces necesito una palabra de aliento, otras solo que me acompañen en silencio. 

A veces soy odiosa, lo sé.  Una vez me dijiste que no era posible ser tan dulce y a veces tan amarga.  Creo que en ese entonces rara vez salía la amargura en mí.  No me reconocerías ahora. El dolor nos hace más fuertes, es cierto.  Pero también nos transforma desde la médula.  Nos vuelve ariscos,  desconfiados,  infelices....

Todos los días lucho. Sé que estarías orgullosa de mí.  Recuerdo tu sonrisa aún cuando la enfermedad había mermado. El dolor se asomaba en tus ojos entre el fuego y la bondad. Aceptabas el  dolor sin quejas.... Hasta tu última semana aquí en la tierra. El eco de tus gritos aún retumba en esa casa que te costo tanto esfuerzo y que  llamaste hogar.

A cada grito nos veíamos en silencio.  Nadie se atrevía a hablar.  Era una manera de acompañarte en el dolor. Llorabas tratando de esconderte, guardabas el dolor para ti. 

Porque creías que merecías?  Una vez dijiste que era un castigo.... No dijiste más.  

Espero volverte a ver algún lejano día....

Te extraño tanto bolita.



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