cri, cri

Está noche mientras me fumo un cigarro, antes del ritual nocturno aprecio la noche y sus sonidos.
El canto de los grillos me acompaña en esta noche húmeda y fresca (un oasis a los ultimo días de 50 grados).
En las noches como esta, te recuerdo Ab. Fue una noche así cuándo te vi de frente y a los ojos, como nunca en todos estos años. Cuando te sentí conmigo aunque fuera unas horas.
Unos segundos bastan para soñar una vida, dice Sabines y yo le creo.