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Dejé de escuchar las canciones que me recordaban a ti. Bloqueé tu número, borré conversaciones del celular, de la computadora, del Facebook. Borré nuestras pocas fotos. Todo lo que me recordaba a ti.
Les pedí a mis amigas que no me preguntarán por ti, habíamos terminado y me dolía mucho. Que iba a estar bien y cuando estuviera lista yo les platicaría lo que pasó.
Me olvidé de los poemas, regalé los regalos que no te dí.
Procuré no tenerte en mis pensamientos, tal vez por demasiado tiempo.
Dejé de ir a Monterrey, dejé de mencionarte entre mis amigos, te convertiste en "el innombrable".
Borré hasta el recordatorio de tu cumpleaños.
Te escribí muchas cartas sin envíartelas, también muchos correos que guardé sólo para mí.
Te lloré muchas noches y algunos días. Algunas de esas lloraba hasta quedarme dormida.
Ayer que escuché tu voz después de más de cuatro años, un escalofrío recorrió mi cuerpo y una profunda tristeza invadió mi corazón, aún la siento, el día está gris y mi corazón también.
Puedo borrarte de todos lados, excepto de lo que está dentro... Hijole! Que difícil es. Creo que siempre serás el único del que me enamoré.