Agua por doquier

Estábamos ahi en la alberca super relajaditos flotando cual pecesito. Me gusta sumergirme y no escuchar nada, nada, sólo agua y chapoteos, de pronto empezó a llover las señoras con niños salieron huyendo de la lluvia como si temieran mojarse, ¡que estupidez!, yo me tiré a la alberca y fue una experiencia muy buena, agua por doquier, agua en la alberca, con vista al mar... más agua no puede haber, y mi tía gritando: ¡los rayos!¡los rayos! La lluvia en el mar siempre es buena, pero como ésta vez, no me había tocado otra. Me encanto.