domingo, febrero 11, 2018

Crónica del día 23

Es de noche, el silencio tortura mi domingo. Desperté antes del amanecer deseando no haber despertado, tuve una larga y tormentosa noche llena de recuerdos y lamentaciones. Amanece y el halo que cubre la tierra me hace pensar que estoy en otro lugar, no en mi ciudad cálida del Pacífico, sino algún lugar más frío y nebuloso del sur del país. Veo la hora, 5:35am. No recuerdo cuándo fue la última vez que me levanté a esta hora, tal vez en un intento frustrado de hacer ejercicio o alguna cita temprana para algún análisis, pero no. No recordé. Quisiera no levantarme, quisiera volver a dormir y tardo en conciliar el sueño. Mi mente no me deja descansar, elijo levantarme, seguir con el proyecto en proceso, la limpieza cotidiana, las rutinas luego de pronto, una punzada en mi vientre, el dolor me inhabilita, solo me retuerzo entre las sábanas grises de 500 hilos que me regalé el año pasado. Busco a tientas las pastillas en el buró, las agarro torpemente, me tiembla la mano. Recuerdo que bebí el último sorbo del vaso con agua a las 4am (demonios, tendré que bajar por agua) parecen eternos los metros de mi cuarto a la cocina; un té de jazmín estaba a mi lado que no terminé en la noche, eso tomaré no creo que este fermentado. Dolor, dolor, palpitante, punzante.... ¿Tendré un tumor? Esto es demasiado fuerte, hacía mucho que no lo sufría así. La última vez llegué a pensar que tenia un embarazo ectópico y que me estaba explotando un ovario y resultó que no, el dolor me absorbe y solo rezo porque acabe pronto, reviso el calendario, estoy a escasos 5 días de mi período, eso es. ¿Porque últimamente sufro cada que voy a menstruar? Es como si mi cuerpo me estuviera castigando por no fecundar, tal vez es eso, mi cuerpo pide a gritos o se venga de mi por no usarlo para lo que es natural, dar vida. Bah! Ya pasará y volveré a reír, y me pondré al día en lo que no me dejó hacer en estas tres horas. Y se me olvidará y pasará el tiempo y un día ya no tendré óvulos que fecundar y el dolor cesará porque ya no habrá nada que hacer... Y yo seré feliz o tal vez no.

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