jueves, noviembre 25, 2021

A

Amor, recuerdas? Tu piel en mi piel y tu cuerpo en mi cuerpo?  En ese momento te sentí tan mío. Y quería poseer tu alma y tu cuerpo,  tus días y tus noches.
Volver el tiempo eterno.

Te amé sin condiciones. Te di toda la libertad. Te hacía mío, me quería tuya. Soñaba una vida compartida, un futuro común hasta el final de nuestros días. Juntos por fin.

Quizás olvidaste que por mucho tiempo fui quién te motivaba a perseguir tu sueño, que creí en tí y te ayudé en lo que me permitiste participar de ese sueño que terminó separándonos.

Nuestro amor se evaporó, finalmente era de humo. Creí que esta vez nos saldría bien, y olvidé que estábamos destinados a no ser.

Se me olvidó que tus promesas son volátiles, como tu fidelidad. Seguramente otras mariposas cruzan en tu cielo raso y acompañan tus noches. Hoy dos años después todo está muerto. Tus huellas hace mucho se borraron de mi piel y tu olor ha desaparecido.

No sé puede amar sin contacto físico, hace falta la caricias, el beso recurrente. Quizás algunos de nuestros problemas se hubieran arreglado con un abrazo. Me quedé con un cajón con tus cosas, los besos las ilusiones y muchas sonrisas.

Aquí (otra vez) dejaste dolor. Y un amor añejado que enmohece. ¿Por qué no yo? ¿Porque no hay un nosotros? ¿Por que a mí me amaste menos? Nunca me sentí partícipe de tus decisiones y así no se puede tener vida en común.

Los hechos persisten más que las palabras, y aquí a fina de cuentas, no había  tanto amor. Te quedas en lo eterno. Aunque nunca más hable de ti y en mi corazón, aún alberga un poco de esperanza, esa que tarde o temprano también morirá. 

No hay comentarios.: