miércoles, febrero 21, 2007

Cositas Tistes

Hay pocas cosas que desentumen mi lagrimal... Los niños me causan una ternura, como por ejemplo la tarde en la que llegue y estaba Keira en mi casa (lo siento, el nombre de teibolera yo no se lo puse) mi pequeña primita de 3 años... me encantan a esa edad! las "gracias", el quererlo saber todo hasta los berrinches, y como un triste frasco de burbujas puede entretenerlos (o entretenernos) todo una tarde. Oye "Oxxo" y ya está en la puerta... Pues la lleve, pa' que se desentumiera un ratisho. Llegamos al oxxo, ibamos la Kari, la Adry , Keira y yo. Despúes de darse un rol por todos los pasillos regresó al que encontró lo que quería. Un paquetito de M&M's. - Y luego? - le dije - Que harás ahora?. Y continuó corriendo hasta la caja como en circuito de carreras. Págalo - le dije - y con su todavía pobre lenguaje, me contestó.... - Inero? - preguntó. ... No tengo - le dije. Y preguntaba con los ojitos y la boca : Anana?, Kaina? En eso un señor con capacidades diferentes que siempre pide limosna en la esquina del oxxo se encontraba adentro, e hizo ruido con su bandejita y me obligó a voltear... Había sacado 2 pesos de su bote para comprarle a la niña sus chocolates... Y me los ofrecía sin remilgos, con una sonrisa de oreja a oreja, casi la misma que cuando vio a la niña entrar a la tienda. Le dí las gracias y le dije que sólo estaba bromeando con ella.. Pague los chocolates y saqué otras monedas para el señor. Me dió un - gracias - diferente y caminamos a la puerta, ya Keira la estaba empujando queriendo salir. Le dije, dile adiós al señor, que con una mirada de inocencia no perdía ninguno de sus movimientos.... Ella sonrió y le dijo un gracias mocho y hasta le tiró un besito con su mano, el señor se quedó feliz y a mi se me salió un par de lágrimas que rápidamente limpié de mi rostro.
Hoy recordé eso. Cuando una niña de aproximadamente 6 años, parecida a mi primita Kirey, morenita, gordita y con ojos rasgados subió al camión pidiendo apoyo para su educación y alimentos. La revisé y no parecía una indigente, regularmente están sucios, con la ropa roída o rota y con el cabello tieso. No, ésta niña vestía su pantalón impecable, su blusa limpiecita, al igual su rostro y su cabello bien peinado en coleta. Le dí unas monedas y me contestó con un seco - gracias -. Pensé en el futuro de esa niña... Y la diferencia de su rostro al rostro de Kirey. Mientras Kirey muestra siempre alegría y adopta poses de niña mimada, la niña del camión mostraba su rostro dureza y una madurez que la hacía ver mayor... Quien sabe, tal vez su futuro si se aplica, sea mejor que el mío... Espero. Y una lágrima apareció en mi rostro una vez más...

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