miércoles, mayo 15, 2013

Crónicas de NY - cinco

Desayunamos en el hotel, el servicio y el sabor no es muy bueno,  aunque el precio digamos era accesible. El lugar, era lindo. Decorado con un estilo deco, bóvedas con nervaduras, candelabros del siglo pasado, decorados con frescos y adornos en columnas y paredes al estilo parisino. Muy lindo.  En una pared, carteles con obras de Broadway. Salimos cerca de las 9am, subimos al turibús NY sightseeing  a dar un recorrido matutino, la mañana estaba fresca y un poco nublado como el día anterior. Es impresionante los diferentes paisajes que ofrece Manhattan, lo nuevo y lo viejo bailan al mismo son, edificios antiguos con detalles modernos en un toque muy ecléctico, no pierde el sabor de siglos atrás. Edificios inteligentes, azoteas verdes. Belleza doquier  . Bajamos en Battery Park, ahí está el muelle para la salida de la estatua de la libertad, llegamos ahí cerca de las 10 a.m.  la fila de daba la vuelta al parque, un cálculo rápido, más de mil personas ahí. Pregunté a un guardia me dijo que el tiempo de espera aproximado era de 3 horas. Pregunté a qué hora iniciaban las salidas y me dijo que a las 8 am.  Me acerqué al grupo, no perderíamos 3 horas ahí. Era mejor levantarnos más temprano y tomar el paseo al día siguiente. Aceptaron. Caminamos por el distrito financiero. En una esquina una pequeña iglesia de estilo neogótico, en el tour del autobús había llamado mi atención, es la Iglesia de la Trinidad. Pasamos por un costado y descubro la entrada, les digo al grupo: Voy a entrar.  Era una especie de pasadizo, o me sentí en él, las escaleras en túnel llegan hasta una especie de zaguán de un lado, con un patio, y del otro, el cementerio. Lápidas de piedra, se veían antiguas, algunas con las letras ya borradas por el paso del tiempo. Me acerco a varias con esperanza de ver los datos, algunas de principios de 1900, 1800, 1740. Todo un viaje al pasado. Imagine los tiempos en donde la gente llegaba en carruajes a los servicios religiosos, apellidos del pasado Wharton, Fulton, Bates, . Había una especie de reunión por la entrada principal, sonreímos y pasamos al interior. Una gran nave con cielos abovedados con nervaduras, en tonos grises, y vitrales multicolores. Una hermosa puerta al parecer de bronce dividía la tienda con artículos religiosos y libros sobre la iglesia. Si ésta está hermosa – pensé… – que será cuando vea la de Bernini? :S

 

Seguimos caminando, no había mucha gente por la calle, llegamos hasta la zona cero. Las nuevas torres se despuntan en el horizonte, las grúas y los trabajadores tenían rato trabajando. Fila de espera, debes de ir con reservación, aunque es gratuito el tour. Está abierto los jardines. Una gigantesca rata (del tamaño de un gato) Se abre paso entre la gente, la miro con horror mientras me  preparo por si cambia su rumbo hacia mí. Se mete a la coladera más próxima. Me acerco a los chicos. Aunque sea Manhattan, también hay ratas. Decidimos no hacer el tour, les dije, -estamos cerca del puente de Brooklyn, podemos ir por ahí y después a Little Italy y Chinatown…  Aceptaron gustosos, a Blas se le iluminó el rostro.

 

El taxi nos dejó a algunas cuadras. Caminan derecho por esta vialidad y ahí verán el puente de Brooklyn-dijo el taxista- Agradecimos y me detuve en una tienda de artículos fotográficos. Compré mi nuevo lente… .  Caminamos en los alrededores del City hall. Había un grupo de orientales (nunca sé si son japoneses o chinos) tocando instrumentos extraños, la música era ligera y perfumaba el ambiente. Caminamos por una especie de puente, al parecer estaba en remodelación, había vallas de madera a ambos lados del paso, eran 4 carriles para circulación, aunque se indicaba dos para peatones y dos para ciclistas. Unos cuantos minutos y parecía eterno el recorrido, llegar a la estructura es impresionante, el grosor de los cables era gigantesco . El paisaje impactante, de un lado Manhattan, del otro, Brooklyn. La circulación de los coches embriaga y puedes ver las barcazas circulando sobre el Hudson.  Una campana me despierta de mi estupor. Me paré en el medio de la circulación, me hago a un lado, pasa un grupo de 6 ciclistas detrás de ese. Me refugio en la sombra de la estructura, la observo de arriba abajo, el detalle, el trabajo. Pienso que es hermosa. Del lado derecho una placa indicando la fecha: 1883, en mi rancho ni luz había (pensé).

 

Abordamos nuevamente el turibús pasamos por debajo del puente, los muelles, llenos de vida, de gente. La gente comprando recuerdos y chinatown, la pequeña Italia. Llegamos por la tarde al hotel, buscamos que comer y nos subimos al tour nocturno.  La vista es esplendorosa, yo solo recordaba la voz de mi abuela cantando: “Ahí quemaron tus alas, mariposa equivocada, las luces de Nueva York” lalara la laaa  Hay viejita, como te hubiera encantado que te contara de todas estas cosas que imaginaste y no pudiste ver….

 

Avanzamos por Times Square, hacia un Empire iluminado con verde blanco y rojo… (México, Méxicoooo rarararaaaa! ) Era 29 de julio. Nos dirigimos al  Manhattan Bridge, una obra estructural esplendorosa. Y de Fondo, Manhattan iluminado. Amé esa imagen en mi mente.

 

De regreso las multitudes de Times Square otra vez, y la luz que irradia hace que te sientas de día, las 12:30. Otra vez nos madrugó. Mañana temprano a tomar el ferry…. Vamos a dormir!.

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