Uno de mis libros descansaba a mi lado. Los versos del capitán de Neruda. Mientras escuchaba tu voz del otro lado del teléfono noté su presencia a mi costado. Me imaginé contigo en La noche en la isla, mientras me contabas no sé cuantas cosas, de tu día, de los chicos… Murmuré el viento…
Deja que el viento corra
coronado de espuma,
que me llame y me busque
galopando en la sombra,
mientras yo, sumergido
bajo tus grandes ojos,
por esta noche sola
descansaré, amor mío.
Corazón… ¿Qué hago contigo?
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